¿Qué son los abonos biosostenibles?

¿Qué son los abonos biosostenibles?

Los bioestimulantes aplicados a la agricultura no son una novedad en el engranaje de la mejora de la eficiencia de los cultivos. Sin embargo, la mayor concienciación sobre el efecto de la agricultura en el medio ambiente ha generado una importante corriente de nuevos productores que apuesta por este tipo de abonos biosostenibles a fin de minimizar su huella de carbono sin renunciar a maximizar el resultado del cultivo.

Qué son los bioestimulantes 

Los bioestimulantes son sustancias de origen orgánico que se aplican a la planta con el fin de mejorar la eficacia de la absorción y asimilación de los nutrientes, al tiempo que se mejora la tolerancia del estrés al que se somete. En función de su composición, incluso, pueden llegar a mejorar las características agronómicas de la planta o del suelo que la alimenta.

Bioestimulantes en la agricultura

Los bioestimulantes cumplen una función de promoción de los procesos de absorción, asimilación de nutrientes y gestión del estrés biótico. Esto es, trata de manipular las reacciones naturales de la planta hacia el objetivo de desarrollo que pretende el agricultor. De hecho, la industria plantea ambos elementos como un tándem que ayuda a lograr mejores rendimientos.

El momento ideal para aplicar estos abonos biosostenibles lo marca la fenología propia del cultivo y el proceso a optimizar con su aplicación. La utilización de estos abonos biosostenibles minimiza el uso y abuso de productos químicos en la agricultura, eliminando de los sustratos del suelo residuos.

Beneficios de utilizar abonos sostenibles

Los bioestimulantes agrícolas y sus componentes aportan numerosas ventajas a los cultivos y al suelo. En primer término, se ha comprobado la relación causal entre la aplicación de bioestimulantes en cultivos y la mejora en los rendimientos obtenidos, tanto en calidad como en cantidad. En esta optimización también sale beneficiado el uso del agua, uno de los elementos más criticados del impacto de la agricultura en el medio ambiente.

Aunque se utilizan como potenciadores de los cultivos, no sustituyen la acción de los fertilizantes, sino que ayuda a optimizar la absorción de estos por la planta y el suelo y minimiza los residuos que genera y que absorbe el suelo, de modo que favorece su conservación. Como consecuencia de ello, el producto que llega a la cadena alimentaria es un alimento más sano.

¿De qué se componen los bioestimulantes agrícolas?

Cada tipo de bioestimulante para agricultura presenta una composición que genera efectos diferentes en el propio cultivo. Los principales componentes son los aminoácidos, los ácidos húmicos y fúlvicos, los extractos de algas y las hormonas. Cada uno presenta unas propiedades y unos beneficios.

Los aminoácidos libres

Los aminoácidos libres son sustancias orgánicas que sintetizan las vitaminas, proteínas, alcaloides y nucleótidos, elementos que resultan prioritarios en los momentos más críticos del cultivo. Al favorecer el proceso y mejorar sus funciones vitales, la planta no sólo ahorra energía, sino que ejecuta la síntesis de forma óptima para el crecimiento y, por extensión, para los rendimientos. Entre los aminoácidos libres más utilizados en los bioestimulantes se encuentran la glicina o el ácido fólico. 

Así, el tipo de abono foliar para la agricultura basado en aminoácidos más demandado denominado B garantiza un producto de máxima calidad para su aplicación en cultivos hortícolas como la patata, el pimiento el tomate o los espárragos entre otros, además de ser un importante impulsor en cultivos herbáceos extensivos como los cereales de invierno y primavera o la colza, uno de los cultivos cuya extensión dedicada ha crecido en los últimos años.

Dadas sus características y funciones, los bioestimulantes agrícolas basados en aminoácidos y abonos foliares también son aconsejables para cultivos leñosos como la vid, el olivo y gran parte de los frutales.

Su principal beneficio radica en el control y protección que aporta a la planta frente al estrés abiótico, además, por supuesto, de ser un impulsor de la mejora de los procesos de fotosíntesis de las plantas.

No obstante, también favorecen la salinidad del suelo en suelos pobres y regula sus niveles en suelos salinos, al tiempo que mejoran la absorción de agua y nutrientes. Asimismo, aminoácidos como la L-metionina estimulan la microbiota benéfica del suelo, el proceso de producción de raíces y el equilibrio nutricional del suelo.

Los extractos de algas

Las algas poseen cualidades muy interesantes tanto para el consumo humano como para mejorar la eficiencia de los cultivos en tanto actúa como abono biosostenible. Se componen de polisacáridos, macronutrientes y micronutrientes muy beneficiosos para el suelo

Los ácidos húmicos y fúlvicos

Estos son materia orgánica del suelo generada tras la descomposición de cualquier organismo vivo. Como bioestimulante, aumenta la cantidad de fósforo que puede aprovechar la planta frente al estrés oxidativo.

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