La transición energética supone una oportunidad para mejorar la competitividad de la industria

La transición energética supone una oportunidad para mejorar la competitividad de la industria

“La gestión energética tiene gran importancia para la competitividad de la industria. Ahora es un buen momento para realizar inversiones” (Albert Ballbé)

“Tenemos que dar paso a un nuevo modelo, basado en las cuatro “D”: descarbonización, descentralización, digitalización y democratización, en el sentido de que el usuario es tanto consumidor como generador y gestor de la energía” (Susana Tantos)

Compañías líderes como Nestlé o AkzoNobel aplican ya soluciones que les permiten ahorros de costes energéticos de hasta un 33% y les garantizan estabilidad en el suministro eléctrico

La descarbonización puede constituir una oportunidad para la mejora de la competitividad de la industria, ya que contribuye a unos costes energéticos más bajos y estables en un momento de alta volatilidad de precios, además de fortalecer el tejido industrial. Para que esta descarbonización se pueda acometer de un modo a la vez sostenible y rentable, la eficiencia energética es una de las herramientas clave.

Así se puso de manifiesto en el workshop “Energía fotovoltaica para la descarbonización de la industria”, organizado por el Foro Industria y Energía, en el marco del evento Solar+Storage, que contó con la participación de expertos en gestión energética del ámbito institucional y empresarial.

“La gestión energética tiene gran importancia para la competitividad de la industria”, explicó Albert Ballbé, Coordinador de Projectes a la Direcció General d’Indústria de la Generalitat de Catalunya. El experto apuntó que el actual es “un buen momento para hacer inversiones, existen muchas ayudas, desde el Institut Català de l’Energia (ICAEN) y el IDAE”, así como “dos PERTES, de energías renovables y descarbonización industrial”.

En esta misma línea, Carlos Montoya, responsable del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), destacó la oportunidad que supone para las compañías invertir en renovables: “hay un marco legislativo cada vez más flexible y ayudas desde diversas entidades. Además, para las empresas, la descarbonización supone un valor añadido, tanto desde el punto de vista de la competitividad como de cara a los consumidores”.

Los expertos reunidos coincidieron en que la importancia de la electrificación de la industria para conseguir su descarbonización, así como en la dificultad de que esta electrificación se realice en todos los sectores. Por ello, Susana Tantos, project manager del Departamento de Ingeniería y Sostenibilidad de la Asociación de la Industria Navarra (AIN), destacó que “aunque no podamos electrificar toda la industria, a través de las renovables podemos obtener otros vectores energéticos que nos ayuden a impulsar la descarbonización. Tenemos que dar paso a un nuevo modelo, basado en las cuatro “D”: descarbonización, descentralización, digitalización y democratización, en el sentido de que el usuario es tanto consumidor como generador y gestor de la energía”.

Más allá del ahorro de costes energéticos, la transición ecológica se convierte en una oportunidad de negocio industrial. Así, Blanca Losada, CEO de Fortia Energía, abogó por aprovechar este mercado emergente, obteniendo al mismo tiempo independencia energética y tejido industrial. “En Europa tenemos un gran mercado y un entorno institucional sólido, lo que favorece las inversiones”. Por ello, “la oportunidad es traer a Europa la cadena de suministro”.

La eficiencia energética, clave para el ahorro de costes

Los ponentes coincidieron en la importancia de la eficiencia energética, que, según Francesc Tarongí, CEO de Enertika, se basa en tres elementos fundamentales: el impulso del almacenamiento para gestionar excedentes, el desarrollo de los certificados de eficiencia energética y la digitalización, que permite aumentar el conocimiento sobre la demanda para gestionarla adecuadamente. En esta línea, Baltasar Pozuelo, gerente de Area 8, aseguró que “la demanda solo se puede gestionar con digitalización”, y señaló que “tenemos que ser capaces de gestionar los instrumentos disponibles para aumentar la eficiencia, y las comunidades energéticas forman parte de este proceso de manera muy resiliente”.

El planteamiento de Area 8 se basa en el autoconsumo compartido, es decir, “en la generación de ingresos agregados por el cobro de la energía producida dentro de una instalación fotovoltaica común”, un modelo que ya está desarrollando en polígonos industriales como la Zona Franca y el Puerto de Barcelona.

En esta búsqueda de eficiencia y rentabilidad, las soluciones de autoconsumo pueden suponer una oportunidad para dotar a las empresas de energía verde con un precio estable a largo plazo. “La volatilidad que hemos tenido los últimos años en la cadena de suministro nos ha impulsado a buscar certidumbre en la red de operaciones”, explica Jordi Aycart, responsable de sostenibilidad de Nestlé España. “El 100% de la energía que adquirimos en Nestlé España procede de renovables, pero queremos ir más allá”, explica. Además de con la sostenibilidad, esta decisión “tiene que ver con la seguridad de tener un suministro energético de proximidad”. En el momento actual, Nestlé España cuenta con desarrollos de autoconsumo fotovoltaico en sus plantas de Reus y La Penilla, que también incorpora una caldera de biomasa, al igual que la planta de Girona.

En la misma línea, AkzoNobel ha aplicado también la fotovoltaica y ha cubierto el 87% del techo de su site de Vilafranca del Penedés (Barcelona) con paneles solares, logrando una reducción de consumo del 15% y un descenso del coste del 33%. “Esta diferencia radica en la desaparición de los picos de consumo que teníamos durante el día, que es cuando podemos contar con nuestra energía fotovoltaica”, explica Daniel Mata, manager del site de Vilafranca, que enfatizó la importancia de la planificación de la demanda para ganar en eficiencia.

La compañía tiene como objetivo avanzar más en esta dirección, a través de herramientas como “la auditoría energética, la implantación de la ISO 50001 y la ampliación de la instalación fotovoltaica”, apuntó Foix Galimany, manager de ingeniería y mantenimiento de la instalación.

Los ponentes analizaron las diferentes maneras de gestionar los excedentes, a través de almacenamiento o el vertido a red entre otras herramientas. Claudio Amilibia, responsable de Neoelectra Renovables, apuntó que “en instalaciones menores de 100 kw, resulta fundamental el apoyo de una comercializadora para dar salida a los excedentes”. En cuanto a las de mayor envergadura, pueden ser de gran ayuda “los equipos de calor eléctrico o baterías térmicas”, o bien, si la industria cuenta con varios edificios, “la creación de pequeñas instalaciones de 100 kw con compensación para consumo compartido”.

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