100 días de guerra en Ucrania: análisis, datos y portavocías

100 días de guerra en Ucrania: análisis, datos y portavocías

Greenpeace reitera que es preciso detener lo antes posible las importaciones de combustibles fósiles y uranio ruso.

Ante el reciente anuncio de prorrogar tres meses el plan anticrisis, Greenpeace advierte de que hacen falta medidas coyunturales pero también cambios estructurales que acaben con la dependencia de los combustibles fósiles

Desde el inicio del conflicto, Greenpeace ha denunciado que la invasión de Ucrania ha demostrado que los combustibles fósiles alimentan las guerras.

La subida imparable del precio de la energía y los combustibles, la propagación de la inseguridad alimentaria y el aumento de la inflación reflejan los límites del actual modelo económico.

A punto de cumplirse 100 días del inicio de la invasión rusa de Ucrania, Greenpeace reitera que, además de las dramáticas consecuencias para la población civil (1), esta guerra está poniendo de relieve una vez más la vulnerabilidad de un modelo económico basado en la explotación ilimitada de los recursos y reitera que es preciso detener lo antes posible las importaciones de combustibles fósiles y uranio ruso.

Durante estos 100 días, Greenpeace ha llevado a cabo decenas de acciones en todo el mundo para pedir el fin de la violencia y denunciar los intereses que la alimentan y recuerda que la respuesta no puede ser un retroceso de los valores y principios basados en la paz, la democracia y la protección del medioambiente.

“Llevamos 100 días condenando la violencia en Ucrania y alertando de la subida imparable del precio de la energía y los combustibles, la propagación de la inseguridad alimentaria y el aumento de la inflación que nos da de bruces con la realidad de los límites del actual modelo económico”, ha señalado Sagrario Monedero, directora de Campañas de Greenpeace. “La guerra en Ucrania está demostrando que la dependencia de los combustibles fósiles alimenta guerras. Nos ha hecho ver la fragilidad e insensatez del actual sistema alimentario. Nos ha alejado del camino de la paz acercándonos a un mundo más polarizado y militarizado. Esta guerra ha puesto una vez más encima de la mesa que la mayoría de las personas y el planeta siempre pierden frente a las crisis, y cómo éstas siguen enriqueciendo cada vez más a los que más tienen”.

Por último y ante el reciente anuncio del presidente Sánchez de prorrogar tres meses más el plan anticrisis (aprobado para paliar las consecuencias socioeconómicas de la guerra en Ucrania), Greenpeace advierte de que hacen falta medidas coyunturales para abordar las crisis pero también cambios estructurales que acaben con la dependencia de los combustibles fósiles que alimentan guerras, reformen el mercado eléctrico, eviten las falsas soluciones, reduzcan la cantidad de recursos y energía que se utilizan y tengan en cuenta una fiscalidad verde y justa. Las crisis no pueden restar ambición a la lucha contra la emergencia climática o las desigualdades.

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